El murmullo de las olas me acompaña en estos momentos en donde el silencio de la mente da cabida al silencio del alma,a la paz de las emociones y los sentimientos.En estos días junto al mar me di cuenta que,a veces,es saludable no pensar,es positivo dejar de buscar explicaciones y preguntarnos siempre el "por qué" de las cosas y que es muy sano dejarse arrastrar por las olas o quedarte flotando mirando al cielo.Estos días de inacción dan lugar a la reconciliación y al reencuentro con una misma.Observando la Naturaleza te das cuenta del valor de la paciencia,de que todo tiene su momento hasta alcanzar la belleza...Sin forzar ni obligar las cosas y las situaciones todo va surgiendo.Es como el vaivén de las olas:rítmico e incesante.Porque hay épocas para todo:para llenarse pero,también,para vaciarse.No hay que temer al vacío,a la soledad o al silencio.Para poder sentirnos plen@s,primero hay que vaciarse,sumergirse en ese dolor sentido que nos abre las puertas a otras realidades,nos nutre la mente y nos lleva a una mayor comprensión de las cosas,a aceptar lo que es desde donde soy transitando de la mano del presente.Y,para poder aprender a aceptar no hay que dejar de CREER.La fé en un@ mism@ te lleva más allá,más lejos de la orilla,es una fuerza que crece lenta pero segura (como el bambú) y te ayuda a alimentar tus sueños,tus ilusiones.Creer en tí te ayuda a conectar con tu esencia escuchando la voz sutil de tu Espíritu,como los cantos de las sirenas...
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